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Los Colonizadores

Ese primer techo

Ese primer techo “No teníamos lugar para funcionar y era un grave problema al que debíamos encontrarle una solución inmediata. Se había pedido el Salón de la Iglesia Católica para instalar allí el colegio pero Monseñor Storni no lo cedió, así que no sabíamos que hacer.
Creo que uno hace las cosas naturalmente, y en ese momento sentí que podíamos resolver el inconveniente con la casa de mi papá, ya que necesitábamos urgente un lugar para funcionar.
Yo había vivido en esa casa con mi marido y mis hijos hasta hacía unos meses, pues nos habíamos mudado a nuestra nueva casa, por lo que aquella estaba desocupada.
Mi padre estuvo de acuerdo con la idea, así que nos pusimos en campaña para situar la escuela allí.
En el living-comedor situamos el primer curso y en las habitaciones, la secretaría, la dirección y la sala de profesores.
El único inconveniente que teníamos es que la casa poseía un solo baño y se precisaban dos para que nos habiliten como escuela. Por suerte, en la casa había una habitación pequeña, una especie de despensa, que antes había sido un bañito, así que la refaccionaron para que vuelva a serlo, y así asemejarla lo más posible a una escuela.
En el comedor diario, María Aurelia Cantoni (Choly), les cocinaba a los chicos que eran del campo y se quedaban a comer en la escuela, así
que en los recreos, pasaban por la cocina y le preguntaban el menú, como si estuvieran en su casa.
Era todo sencillo y familiar, pero le poníamos muchas ganas.
Otilia Nagel

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